Es tiempo de reflexionar, y sin quedarnos en el tiempo, ni pensar que el tiempo pasado fue mejor; decidir cuáles fueron las cosas que nos beneficiaron y cuáles nos perjudicaron.
Cada circunstancia vivida es una materia más que aprobamos o reprobamos.
En los errores, aprender a no repetirlos; en los aciertos, la alegría de saber que los propósitos de Dios se van cumpliendo en nosotros.
Desde antes de la fundación del mundo el propósito de Dios es formar una gran familia que refleje Su imagen en el universo. Somos portadores de la imagen de Dios. ¡Gran responsabilidad!.
Pensemos... ¿hago parte de esa familia?, si es así, ¿cómo estoy reflejando la imagen del Dios Todopoderoso donde vivo?.
Este nuevo año será lleno de bendiciones para todos los hijos de Dios. Sepamos disfrutarlo y atesorarlo.
Bendiciones a todos
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